ENSAYOS


La pedagogía del encuentro es una reapropiación de lo que nos robaron, es una nueva posibilidad, es cargarnos de energía, es estar donde tenemos que estar. La pedagogía del encuentro no  tiene  como  base los  conocimientos de naturaleza académica, aunque sí los libros, las películas, las canciones, los juegos y las palabras. La pedagogía del encuentro es una educación en la vida y para la vida. Es aprender principalmente de lo vivo.

Hablamos de pedagogía del encuentro como otra manera de decir juego, solidaridad, amistad, cuidados, bancarse, posibilidad de transformación. Como otra forma de seguir intentando entender, ampliando nuestros horizontes. La palabra pedagogía la reducimos y ampliamos, la hacemos plástica, la desechamos y la volvemos a buscar, intentamos que diga varias cosas, que nos diga varias cosas, que sea un nuevo comienzo.

Todo encuentro es pedagógico si es posibilidad de algo, si no cierra puertas, sino está todo preestablecido de antemano. Todo encuentro tiene que llevarnos a ganarle al no se puede. Todo encuentro es una búsqueda, una necesidad básica, una alegría.

Sin encuentro no hay pedagogía, sin presencia no hay encuentro.  Pedagogía como todo lo que sirve para hacer una más, tirar una onda, hacer que un recurso no se agote, para que vivir no siempre cueste vida. Ninguna ley, ningún método o técnica, ninguna de las palabras de moda, ninguna letra muerta que ya no dice nada, por que no puede nada, ningún recurso logístico, ningún chamuyo intelectual puede reemplazar lo que puede un encuentro, lo que puede la presencia. Estar, plantarse, reír, acompañar los tiempos, todos los tiempos, saber lo que transforma una presencia. Entendernos, conspirar, buscar. No hay mayor gesto solidario que la presencia, no hay mayor gesto educativo que la amistad. No hay mejor forma de servir que estar, escuchar, bancar con el cuerpo cuando las palabras no alcanzan, abrazar sin miedo, dudar de lo poco que sabemos, acompañar aprendiendo de los propios errores, aprender andando.