ENSAYOS


La pedagogía del encuentro es una especie de fuerza. Pero no es una de esas que arrasan, destruyen, obturan o dejan sin oxígeno,esa fuerza de los poderosos. No es una fuerza de alguien, individual, no se da, ni se recibe. Es una fuerza nueva, de los que no saben, de los débiles, una fuerza que solo cobra sentido, justamente en el encuentro y en el manejo de los tiempos, en los momentos de reírnos, en el segundeo, en la burla a los poderosos, es escaparnos de los que esperan, es como vacilamos. Es una fuerza bien piola que crece cuando hay una predisposición genuina de que pase.
Cuando no se tiene fuerza, cuando toda la fuerza está en otro lado, hay que construirla, amasarla, buscarla, estar atentas. Hacerla crecer. Esta fuerza no es la fuerza de voluntad, ni sacrificio, ni abnegación militante, ni el esfuerzo de los guachines. Es otra cosa. Es la fuerza de los cuerpos, de la escucha y de esperar lo que un amigue puede. De la alegría de pavear, de saber que estamos en una, de la capacidad de amarnos, reinventarnos, aguantarla y seguir vivas. Es ponerse en el lugar del otro, pero no porque sabemos hacerlo, porque nos esforzamos, por una actitud militante, es ponermps en ese lugar, solamente, porque es el único posible.

Por Diego Ginestra